Estimada comunidad,
En esta época de tanta incertidumbre, viene a mi mente aquel refrán: “Más vale prevenir que lamentar”. Debemos estar prevenidos en todos los aspectos, pero en particular en el tema que siempre nos convoca, la “salud inmobiliaria”. Me refiero a la propiedad inmueble. He advertido lo siguiente:
- Hay muchas personas que no tienen los documentos de sus propiedades inmuebles en orden. Por ejemplo:
- pasan los años y no formalizan sus minutas de compra venta,
- Las sucesiones intestadas no han culminado sus procesos y no están inscritas,
- Los mismos inmuebles en donde viven figuran en los Registros Públicos a nombre de los propietarios anteriores, etc.
- Otro problema bastante generalizado son los contratos de arrendamiento. A veces la relación de arrendamiento continúa, pero el contrato se encuentra vencido, lo que conlleva riesgos para ambas partes; o el contrato se ha renovado en forma automática, pero conservando cláusulas que por diversas razones han devenido inaplicables o inconvenientes. Etcétera.
- Lamentablemente no podemos descartar la llegada de un quinquenio político desafiante para nuestro patrimonio inmobiliario. Siendo así, permíteme estas observaciones:
- en el caso que tengas más de una propiedad inmueble podrías evaluar la conveniencia de distribuirlas mediante anticipos de herencia;
- Te recomiendo que revises si la partida registral de tu inmueble cuenta con cargas, embargos antiguos o cualquier acto que complique su transferencia;
- Si tienes un inmueble en copropiedad podrías individualizarlo mediante división y partición;
- Si la custodia física de tu inmueble está a cargo de un guardián o alguien “de confianza”, recomiendo que documentes el status legal de la persona que ocupa tu inmueble. Así evitarás futuros procesos de prescripción adquisitiva que te despojen de tu propiedad.
- Finalmente, no olvidemos que vivimos una crisis sanitaria sin precedentes y que, para no agregar conflictos y rencores familiares al dolor de las pérdidas humanas, es conveniente otorgar testamento oportunamente y zanjar por anticipado futuras controversias entre hermanos u otros parientes.
En resumen, procuremos formalizar y perfeccionar el sustento jurídico de nuestras propiedades inmobiliarias y liberaremos nuestro futuro personal de problemas perfectamente evitables.